La dura vida de la Pava es algo que no se puede valorar sin estar en el pellejo de una. Yo misma sufro mis propios pincipios y mis propias caidas de parra.
Tras una noche en vela sin poder pegar ojo y una conversación con una Pava no oficial, me he dado cuenta de que prefiero vivir en un mundo de sentimientos y subida a la parra antes que vivir una vida sin sentir nada en absoluto. Ya he pasado por esa fase antes... y me dan igual las consecuencias, me da igual que mis sentimientos sean tachados de superficiales y ridículos, y me he sentido una vez más orgullosa de ser Pava...
Prefiero que me sepa la boca a sangre a que no me motive la vida...
jueves, 19 de mayo de 2005
La dura vida de la Pava
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